Wow. Qué maravilla este acto de sinceridad. No he sido madre por elección, pero os admiro profundamente. Creo que no hay sacrificio y renuncia más grande, que la de elegir dar tu vida por la de otra persona. Y eso es lo que hacéis durante varios años.
Luego está el debate de si las que no somos madres somos más egoístas, cosa que tampoco lo creo a pie juntillas. He escogido cuidar de mí, y hacer de mi una mujer de provecho, y estar pendiente de los que me rodean, y eso ya me tiene muy entretenida. Tanto unas mujeres como las otras, somos proporcionadoras de Vida: unas dais a luz y otras buscamos la Luz.
Gracias Karmela. En primer lugar, por tomarte el tiempo de leerme. También te admiro, por decidir no ser madre, no es una decisión nada fácil. Durante muchos años consideré no serlo. Recibía bombardeos por todas partes. ¿Cómo vas a ser madre con Sjögren? Y aquí estoy. Orgullosa del camino y de mi hijo. Cuidar, sea a niños o a familiares es durísimo. Y tan poco valorado en esta Sociedad de la productividad y del dinero rápido. Sobran los niños y es un gran error, sin ellos no hay humanidad futura. Sobran los viejos y es otro gran error, sin ellos no hay sabiduría ni aprendizaje de las generaciones futuras. No eres más egoísta por no ser madre. También a mí me dirán que soy egoísta si sólo me quedo con un hijo. Siempre nos van a criticar, hagamos lo que hagamos. Lo mejor, es que hagas lo que va acorde a tus valores y no acorde al qué dirán. Enhorabuena por tus decisiones. Gracias por comentar. Sobre el acto de sinceridad, me he contenido un poco por ser un relato público pero es que quiero que haya testimonios honestos en este mundo lleno de fotos bonitas en redes sociales de familias que al final del día se llevan mal y son infelices. Debemos compartir lo bonito pero también lo malo para enseñar al mundo que hay que gestionar emociones y que todas, las positivas y las negativas, son válidas. Gracias.
¡Qué bonito escribes! Parece que siempre lo haces con el corazón y con una sinceridad muy cruda y tierna. Una sinceridad que a veces extraño en los libros que leo. Estoy segura de que tu versión de la maternidad cuadraría mucho con la las madres que me rodean. El día que tu hijo lo lea, seguro que lo hará con una sonrisa de oreja a oreja.
Wow. Qué maravilla este acto de sinceridad. No he sido madre por elección, pero os admiro profundamente. Creo que no hay sacrificio y renuncia más grande, que la de elegir dar tu vida por la de otra persona. Y eso es lo que hacéis durante varios años.
Luego está el debate de si las que no somos madres somos más egoístas, cosa que tampoco lo creo a pie juntillas. He escogido cuidar de mí, y hacer de mi una mujer de provecho, y estar pendiente de los que me rodean, y eso ya me tiene muy entretenida. Tanto unas mujeres como las otras, somos proporcionadoras de Vida: unas dais a luz y otras buscamos la Luz.
Gracias Karmela. En primer lugar, por tomarte el tiempo de leerme. También te admiro, por decidir no ser madre, no es una decisión nada fácil. Durante muchos años consideré no serlo. Recibía bombardeos por todas partes. ¿Cómo vas a ser madre con Sjögren? Y aquí estoy. Orgullosa del camino y de mi hijo. Cuidar, sea a niños o a familiares es durísimo. Y tan poco valorado en esta Sociedad de la productividad y del dinero rápido. Sobran los niños y es un gran error, sin ellos no hay humanidad futura. Sobran los viejos y es otro gran error, sin ellos no hay sabiduría ni aprendizaje de las generaciones futuras. No eres más egoísta por no ser madre. También a mí me dirán que soy egoísta si sólo me quedo con un hijo. Siempre nos van a criticar, hagamos lo que hagamos. Lo mejor, es que hagas lo que va acorde a tus valores y no acorde al qué dirán. Enhorabuena por tus decisiones. Gracias por comentar. Sobre el acto de sinceridad, me he contenido un poco por ser un relato público pero es que quiero que haya testimonios honestos en este mundo lleno de fotos bonitas en redes sociales de familias que al final del día se llevan mal y son infelices. Debemos compartir lo bonito pero también lo malo para enseñar al mundo que hay que gestionar emociones y que todas, las positivas y las negativas, son válidas. Gracias.
¡Qué bonito escribes! Parece que siempre lo haces con el corazón y con una sinceridad muy cruda y tierna. Una sinceridad que a veces extraño en los libros que leo. Estoy segura de que tu versión de la maternidad cuadraría mucho con la las madres que me rodean. El día que tu hijo lo lea, seguro que lo hará con una sonrisa de oreja a oreja.
Levantarse con este comentario es maravilloso. Muchísimas gracias. Me alegro de que te gusten mis escritos.